II. De Dios y de la Santa Trinidad
Capítulo 2
De Dios y de la Santa Trinidad
Confesión Bautista de Londres 1689
El Señor nuestro Dios es un Dios único, vivo y verdadero;1 cuya subsistencia está en él mismo y es de él mismo, infinito en su ser y perfección;2 cuya esencia no puede ser comprendida por nadie sino por él mismo;3 es espíritu purísimo, invisible, sin cuerpo, miembros o pasiones, el único que tiene inmortalidad y que habita en luz inaccesible;4 es inmutable, inmenso, eterno, inescrutable, todopoderoso, infinito en todos los sentidos, santísimo, sapientísimo, libérrimo, absoluto;5 que hace todas las cosas según el consejo de su inmutable y justísima voluntad, para su propia gloria;6 es amantísimo, benigno, misericordioso, longánimo, abundante en bondad y verdad, perdonando la iniquidad, la transgresión y el pecado;7 galardonador de los que le buscan con diligencia, y sobre todo, justísimo y terrible en sus juicios, que odia todo pecado y que de ninguna manera dará por inocente al culpable.8
1. Deuteronomio 6:4; Jeremías 10:10; 1 Corintios 8:4,6; 1 Tesalonicenses 1:9.
2. Isaías 48:12.
3. Éxodo 3:14; Job 11:7,8; 26:14; Salmo 145:3; Romanos 11:33,34.
4. Juan 4:24; 1 Timoteo 1:17; Deuteronomio 4:15,16; Lucas 24:39; Hechos 14:11,15; Santiago 5:17.
5. Malaquías 3:6; Santiago 1:17; 1 Reyes 8:27; Jeremías 23:23,24; Salmo 90:2; 1 Timoteo 1:17; Génesis 17:1; Apocalipsis 4:8; Isaías6:3; Romanos 16:27; Salmo 115:3; Éxodo 3:14.
6. Efesios 1:11; Isaías 46:10; Proverbios 16:4; Romanos 11:36.
7. Éxodo 34:6,7; 1 Juan 4:8. 8. Hechos 11:6; Nehemías 9:32,33; Salmo 5:5,6; Nahúm 1:2,3; Éxodo 34:7.
Teniendo Dios en sí mismo y por sí mismo toda vida, gloria, bondad y bienaventuranza, es todo suficiente en sí mismo y respecto a sí mismo, no teniendo necesidad de ninguna de las criaturas que ha hecho, ni derivando ninguna gloria de ellas, sino que solamente manifiesta su propia gloria en ellas, por ellas, hacia ellas y sobre ellas;1 él es la única fuente de todo ser, de quien, por quien y para quien son todas las cosas, teniendo sobre todas las criaturas el más soberano dominio para hacer mediante ellas, para ellas y sobre ellas todo lo que le agrade;2 todas las cosas están desnudas y abiertas a sus ojos; su conocimiento es infinito, infalible e independiente de la criatura, de modo que para él no hay ninguna cosa contingente o incierta.3 Es santísimo en todos sus consejos, en todas sus obras y en todos sus mandatos;4 a él se le debe, por parte de los ángeles y los hombres, toda adoración, todo servicio u obediencia que como criaturas deben al Creador, y cualquier cosa adicional que a él le placiera demandar de ellos.5
1. Juan 5:26; Hechos 7:2; Salmos 148:13; 119:68; 1 Timoteo 6:15; Job 22:2,3; Hechos 17:24,25.
2. Apocalipsis 4:11; 1 Timoteo 6:15; Romanos 11:34-36; Daniel 4:25,34,35.
3. Hebreos 4:13; Romanos 11:33,34; Salmo 147:5; Hechos 15:18; Ezequiel 11:5.
4. Salmo 145:17; Romanos 7:12.
5. Apocalipsis 5:12-14.
En este Ser divino e infinito hay tres subsistencias, el Padre, el Verbo o Hijo y el Espíritu Santo,1 de una sustancia, un poder y una eternidad, teniendo cada uno toda la esencia divina, pero la esencia indivisa:2 el Padre no es de nadie, ni por generación ni por procesión; el Hijo es engendrado eternamente del Padre, y el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo;3 todos ellos son infinitos, sin principio y, por tanto, son un solo Dios, que no ha de ser dividido en naturaleza y ser, sino distinguido por varias propiedades relativas peculiares y relaciones personales; dicha doctrina de la Trinidad es el fundamento de toda nuestra comunión con Dios y nuestra consoladora dependencia de él.
1. Mateo 3:16,17; 28:19; 2 Co. 13:14.
2. Éxodo 3:14; Juan 14:11; 1 Corintios 8:6.
3. Proverbios 8:22-31; Jn. 1:1-3,14,18; 3:16; 10:36; 15:26; 16:28; Hebreos 1:2; 1 Juan 4:14; Gálatas 4:4-6.