XIV. De la fe salvadora
Capítulo 14
De la fe salvadora
Confesión Bautista de Londres 1689
La gracia de la fe, por la cual los escogidos reciben capacidad para creer para la salva- ción de sus almas, es la obra del Espíritu de Cristo en sus corazones, y ordinariamente se realiza por el ministerio de la Palabra;1 por la cual, y por la administración del bautismo y la Cena del Señor, la oración y otros medios designados por Dios, esa fe aumenta y se fortalece.2
1. Juan 6:37, 44; Hechos 11:21,24; 13:48; 14:27; 15:9; 2 Corintios 4:13; Efesios 2:8; Filipenses 1:29; 2 Tesalonicenses 2:13; 1 Pedro 1:2.
2. Romanos 10:14,17; Lucas 17:5; Hechos 20:32; Romanos 4:11; 1 Pedro 2:2.
Por esta fe, el cristiano cree que es fidedigno todo lo revelado en la Palabra por la autoridad de Dios mismo, y también percibe en ella una excelencia superior a todos los demás escritos y todas las cosas en el mundo, pues muestra la gloria de Dios en sus atributos, la excelencia de Cristo en su naturaleza y oficios, y el poder y la plenitud del Espíritu Santo en sus obras y operaciones; y de esta forma, el cristiano recibe capacidad para confiar su alma a la verdad así creída;1 y también actúa de manera diferente según sea el contenido de cada pasaje en particular: produciendo obediencia a los mandatos,2 temblando ante las amenazas,3 y abrazando las promesas de Dios para esta vida y para la venidera;4 pero las principales acciones de la fe salvadora tienen que ver directamente con Cristo: aceptarle, recibirle y descansar sólo en él para la justificación, santificación y vida eterna, en virtud del pacto de gracia.5
1. Hechos 24:14; 1 Tesalonicenses 2:13; Salmos 19:7-10; 119:72.
2. Juan 15:14; Ro. 16:26.
3. Isaías 66:2.
4. 1 Timoteo 4:8; Hebreos 11:13.
5. Juan 1:12; Hechos 15:11; 16:31; Gálatas 2:20.
Esta fe, aunque sea de un nivel diferente y pueda ser débil o fuerte,1 es, sin embargo, aun en su nivel más bajo, diferente en su clase y naturaleza (como lo es toda otra gracia salvadora) de la fe y la gracia común de aquellos creyentes que sólo lo son por un tiempo;2 y consecuentemente, aunque muchas veces sea atacada y debilitada, resulta, sin embargo, victoriosa,3 creciendo en muchos hasta obtener la completa seguridad4 a través de Cristo, quien es tanto el autor como el consumador de nuestra fe.5
1. Mateo 6:30; 8:10,26; 14:31; 16:8; Mateo 17:20; Hebreos 5:13-14; Romanos 4:19-20.
2. Santiago 2:14; 2 Pedro 1:1; 1 Juan 5:4.
3. Lucas 22:31,32; Efesios 6:16; 1 Juan 5:4,5.
4. Salmo 119:114; Hebreos 6:11,12; 10:22,23.
5. Hebreos 12:2.