XIII. De la santificación

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Capítulo 13
De la santificación

Confesión Bautista de Londres 1689

Aquellos que están unidos a Cristo, son llamados eficazmente y regenerados, teniendo un nuevo corazón y un nuevo espíritu, creados en ellos en virtud de la muerte y la resurrección de Cristo,1 son aún más santificados de un modo real y personal,2 mediante la misma virtud,3 por su Palabra y Espíritu que moran en ellos;4 el dominio del cuerpo entero del pecado es destruido, y las diversas concupiscencias del mismo se van debilitando y mortificando más y más, y se van vivificando y fortaleciendo más y más en todas las virtudes salvadoras, para la práctica de toda verdadera santidad,5 sin la cual nadie verá al Señor.6

1. Juan 3:3-8; 1 Juan 2:29; 3:9,10; Romanos 1:7; 2 Corintios 1:1; Efesios 1:1; Filipenses 1:1; Colosenses 3:12; Hechos 20:32; 26:18; Romanos 15:16; 1 Corintios 1:2; 6:11; Romanos 6:1-11.

2. 1 Tesalonicenses 5:23; Romanos 6:19,22.

3. 1 Corintios 6:11; Hechos 20:32; Filipenses 3:10; Romanos 6:5,6.

4. Juan 17:17; Efesios 5:26; 3:16-19; Romanos 8:13.

5. Romanos 6:14; Gálatas 5:24; Romanos 8:13; Colosenses 1:11; Efesios 3:16-19; 2 Corintios 7:1; Romanos 6:13; Efesios 4:22-25; Gálatas 5:17.

6. Hebreos 12:14.

Esta santificación se efectúa en el hombre en su totalidad, aunque es incompleta en esta vida; todavía quedan algunos remanentes de corrupción en cada parte,1 de donde surge una continua e irreconciliable guerra:2 la carne lucha contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne.3

1. 1 Tesalonicenses 5:23; 1 Juan 1:8,10; Romanos 7:18,23; Filipenses 3:12.

2. 1 Corintios 9:24-27; 1 Timoteo 1:18; 6:12; 2 Timoteo 4:7.

3. Gálatas 5:17; 1 Pedro 2:11.

En dicha guerra, aunque la corrupción que aún queda prevalezca mucho por algún tiempo,1 la parte regenerada triunfa a través de la continua provisión de fuerzas por parte del Espíritu santificador de Cristo;2 y así los santos crecen en la gracia, perfeccionando la santidad en el temor de Dios, prosiguiendo una vida celestial, en obediencia evangélica a todos los mandatos que Cristo, como Cabeza y Rey, les ha prescrito en su Palabra.3

1. Romanos 7:23.

2. Romanos 6:14; 1 Jn. 5:4; Ef. 4:15,16.

3. 2 Pedro 3:18; 2 Corintios 7:1; 3:18; Mateo 28:20.