XV. Del arrepentimiento para vida y salvación

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Capítulo 15
Del arrepentimiento para
vida y salvación

Confesión Bautista de Londres 1689

A aquellos de los escogidos que se convierten cuando ya son adultos, habiendo vivido por algún tiempo en el estado natural,1 y habiendo servido en el mismo a diversas concupiscencias y placeres, Dios, al llamarlos eficazmente, les da arrepentimiento para vida.2

1. Tito 3:2-5.

2. 2 Crónicas 33:10-20; Hechos 9:1-19; 16:29-30.

Si bien no hay nadie que haga el bien y no peque,1 y los mejores hombres, mediante el poder y el engaño de la corrupción que habita en ellos, junto con el predominio de la tentación, pueden caer en grandes pecados y provocaciones,2 Dios, en el pacto de gracia, ha dispuesto misericordiosamente que los creyentes que pequen y caigan de esta manera sean renovados mediante el arrepentimiento para salvación.3

1. Salmos 130:3; 143:2; Proverbios 20:9; Eclesiastés 7:20.

2. 2 Samuel 11:1-27; Lucas 22:54-62.

3. Jeremías 32:40; Lucas 22:31-32; 1 Juan 1:9.

Este arrepentimiento para salvación es una gracia evangélica1 por la cual una persona a quien el Espíritu hace consciente de las múltiples maldades de su pecado,2 mediante la fe en Cristo3 se humilla por él con una tristeza que es según Dios, lo abomina y se aborrece a sí mismo, ora pidiendo el perdón y las fuerzas que proceden de la gracia,4 con el propósito y empeño, mediante la provisión del Espíritu, de andar delante de Dios para agradarle en todo.5

1. Hechos 5:31; 11:18; 2 Timoteo 2:25.

2. Salmos 51:1-6; 130:1-3; Lucas 15:17-20; Hechos 2:37-38.

3. Salmo 130:4; Mateo 27:3-5; Marcos 1:15.

4. Ezequiel 16:60-63; 36:31-32; Zacarías 12:10; Mateo 21:19; Hechos 15:19; 20:21; 26:20; 2 Corintios 7:10,11; 1 Tesalonicenses 1:9.

5. Proverbios 28:13; Ezequiel 36:25; 18:30,31; Salmos 119:59,104,128; Mateo 3:8; Lucas 3:8; Hechos 26:20; 1 Tesalonicenses 1:9.

Puesto que el arrepentimiento ha de continuar a lo largo de toda nuestra vida, debido al cuerpo de muerte y sus inclinaciones,1 es por lo tanto, el deber de cada hombre arrepentirse específicamente de los pecados concretos que conozca.2

1. Ezequiel 16:60; Mateo 5:4; 1 Juan 1:9.

2. Lucas 19:8; 1 Timoteo 1:13,15.

Tal es la provisión que Dios ha hecho a través de Cristo en el pacto de gracia para la preservación de los creyentes para salvación que, si bien no hay pecado tan pequeño que no merezca la condenación,1 no hay, sin embargo, pecado tan grande que acarree condenación a aquellos que se arrepienten, lo cual hace necesaria la predicación constante del arrepentimiento.2

1. Salmos 130:3; 143:2; Romanos 6:23.

2. Isaías 1:16-18; 55:7; Hechos 2:36-38.